¿Qué es?
El bruxismo es una parafunción mandibular persistente que consiste en el frotamiento y rechinamiento dentario sin propósito funcional, produciendo el desgaste de las piezas. Se puede producir tanto por el día como por la noche. Su principal desencadenante se sitúa en el plano psicológico aunque las repercusiones se extienden al plano de la odontología. Dos profesionales trabajan juntas; a nivel psicológico Silvia Fonseca Pino, y como odontóloga Belsy Nieto
Causas

A día de hoy, las causas no se conocen lo suficiente como para hacer una afirmación consistente. Se considera el estrés como el factor desencadenante, y además hay otros que pueden contribuir a su aparición. Algunos de ellos son: la alineación inadecuada de los dientes, la alimentación, la postura, los hábitos del sueño, etc.

Síntomas


Las consecuencias del bruxismo pueden incluir la simple hiperestesia dental (sensibilidad excesiva de los dientes porque la dentina queda al descubierto debido al desgaste), desequilibrios importantes en la articulación temporo-mandibular (ATM), problemas para deglutir, movilidad dental y pérdida del diente, dolor de cabeza, ansiedad, tensión, sensibilidad dental al frío, el calor y los alimentos dulces, así como el insomnio.

Estas consecuencias deben ser tratadas por un odontólogo pero las causas que las originan deben ser evaluadas por un psicólogo.

El comportamiento bruxópata supone una hiperactividad de algunos músculos maseteros y temporales que puede conducir a la hipertensión de los músculos de la nuca y el cuello. La consecuencia más inmediata de todo ello es el dolor facial e incluso problemas en las cervicales y en la espalda. Otras manifestaciones derivadas son vértigos, mareos y alucinaciones acústicas.

Tratamiento

El tratamiento de este problema debe llevarse a cabo desde una perspectiva interdisciplinar en la que se dispone de la colaboración de varios profesionales. En este caso concretamente, estamos hablando del psicólogo y odontólogo.

En lo referente al tratamiento odontológico, lo que se hace es colocar una férula de descarga para que no se produzca el “rechinar” de los dientes y como consecuencia su desgaste. Por otro lado también ayuda a canalizar la tensión, impidiendo que se acumule y provoque problemas en la articulación temporo-mandibular, dolores de cabeza, etc.

Desde la psicología se aborda este problema con técnicas que ayudan a controlar el estrés de la vida diaria para que no nos afecte a la hora de dormir, ni se produzca ese desgaste dental que es totalmente involuntario (fruto de la tensión).

Algunas de las recomendaciones a seguir son:
Reducir toda actividad durante la 2ª mitad del atardecer.
Descansar 60 a 90 minutos antes de dormir.
No pensar o discutir intensamente, separarse de las actividades diurnas, antes de dormir.
Mantener buen estado físico, no se aconsejan ejercicios físicos extremos después de las 18 horas.
Evitar alcohol, café, té, 3 horas antes de dormir, así como comidas copiosas.
No fumar después de las 19 hrs, pues la nicotina aumenta el tono muscular y los despertares, de hecho el fumar se considera un factor de riesgo.
Establecer un ambiente de sueño favorable, agradable y tranquilo, cama agradable, silencio, 18º C, con aire fresco.

Por otro lado es importante aprender técnicas de relajación y control del estrés que puedan ser utilizadas en cualquier momento del día para que la tensión no se descargue a la hora de dormir. El psicólogo será el encargado de realizar este trabajo.
Con todo esto se pretende explicar que es mucho más efectiva la intervención interdisciplinar. La combinación de varios profesionales ayuda a solucionar el problema de una forma más rápida y efectiva para el paciente.

Silvia Fonseca Pino