¿PODEMOS APRENDER A VIVIR CON INCERTIDUMBRE?

«En tres tiempos se divide la vida: presente, pasado y futuro. De éstos el presente es brevísimo;  el futuro, dudoso; el pasado, cierto» Séneca

Vivir con incertidumbre

La  RAE lo define como la falta de seguridad, confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. Esto puede deberse bien por recibir información incompleta, poco fiable o tener un conocimiento impreciso, contradictorio.

El no saber que va a pasar y la inseguridad que esta emoción nos crea, nos impulsa hacia un intento desesperado de controlar el futuro y anticiparnos como sea hacia un sinfín de probabilidades. Ante  la sensación de descontrol que provoca  a algunas personas provoca la incertidumbre  es como si intentaran viajar sin un mapa o sin Google Maps

La incertidumbre generalmente viene precedida por pensamientos anticipatorios, y en general como reacción secundaria suele acompañarse de ansiedad. Es importante tener en cuenta que todo estado emocional tiene un estímulo que lo dispara, , lo que ocurre es que, en muchas ocasiones no somos conscientes de cuál ha sido la razón que dispara ese estado emocional.
Por ejemplo, los estados emocionales de miedo, siempre son precedidos por una evaluación de algo como peligroso,y los estados emocionales de tristeza son precedidos de una percepción de pérdida. Los estimulos que desencadenan la incertidumbre, nos desestabilizan por la falta de informacion que nos aportan.

En todos los estados emocionales que experimentamos, nuestro cuerpo activa el triple sistema de respuesta: cognitiva, fisiológica y motora/conductual. En la incertidumbre se activa de la siguiente manera:

  • Respuesta cognitiva: pensamientos anticipatorios
  • Fisiológica: activación de sistema simpático, aumenta tasta cardiaca, sudoración, tensión muscular, etc.
  • Conductuales dirigidas a reducir la ansiedad (evadir, revisar constantemente, preguntar, comprobar…)

Por desgracia, la comodidad de la certeza no puede ser una necesidad, porque el mundo está lleno de imprevistos incómodos a los que tenemos que hacer frente. Para superar el miedo al futuro incierto, debemos aceptar el miedo. Toda emoción tiene su componente adaptativo, eso quiere decir, que nos informan de algo. Lo más normal ante cambios vitales, es que aparezca esta emoción y es correcto que aparezca, debemos dejarla estar y aprender a leer qué no quiere decir. Los autores Mckay, M., Wood, J. C., & Brantley, J. (2017), aportan una serie de tips para saber manejar la incertidumbre:

  1. Observa y conecta con tus emociones, como comentábamos anteriormente aunque sea molesto, debemos tratar de entender qué nos está queriendo decir esa emoción. En el caso de no atender nuestras emociones puede tener un efecto perjudicial a medio-largo plazo
  2. Aceptación incondicional de la situación, es importante matizar que esto no significa estar de acuerdo con la situación que se nos presenta, esto quiere decir que hemos dejado de intentar cambiar lo que ocurre en nuestro alrededor a base de enfadarnos y culpar a la situación. Es más, culpeos a quien culpemos, el sufrimiento sigue activo y seguiremos experimentando malestar
  3. Establece objetivos a corto plazo, es una manera de recuperar control o tener la sensación subjetiva de control. Deben estar relacionados con algo que nos preocupe perder
  4. Establece rutinas agradables. Activar la parte placentera es importante, aquella que necesita actividades agradables para tener un respiro y conectar con emociones positivas (selfi care, ejercicio, alimentación…)